Ansiedad
Escrito por Miguel Quintana
Ansiedad es un término muy común hoy en día que define un estado de malestar psicobiológico donde la persona se siente totalmente sobrepasada por diversas situaciones del futuro que considera como amenazantes o peligrosas de alguna manera.
El término ansiedad proviene del latín anxietas que sería la cualidad o el estado del adjetivo latino anxius (angustiado o ansioso). Se relaciona con el verbo angere (estrechar u oprimir). Aparece en la literatura psiquiátrica con S. Freud y en la traducción de su obra al inglés por el equivalente “anxiety”.
La ansiedad, tal y como la trabajamos en psicoterapia, consiste en una sobreactivación de nuestra mente y cuerpo que no es adaptativa y nos incapacita para realizar las tareas del día a día. La respuesta psicobiológica de la ansiedad es natural y sana para poder superar diversas adversidades que la vida nos pone delante.
No obstante, nos encontramos con estímulos, personas, pensamientos o situaciones que nos generan ansiedad hasta el punto de que nuestro cuerpo es controlado por una parte de nuestra mente como si un grave peligro amenazase nuestra vida. Así, todo nuestro organismo sufre una alteración hormonal que nos lleva a una hiperactivación que nos prepararía para huir o luchar contra dicha supuesta amenaza.
El problema radica en que dicha sobreactivación es causada por pensamientos o estímulos que no parecen tener el potencial de acabar con nuestra vida. De modo que nuestra mente no comprende qué está ocurriendo y se asusta aún más de lo único de lo que no puede huir: de un@ mism@. Esto provoca más miedo y por tanto más activación generando un estado de alteración máxima que conocemos como ataque de ansiedad.
Para trabajar la ansiedad hay muchas opciones y caminos. Tanto fármacos muy efectivos como técnicas psicológicas muy potentes. En este artículo os voy a mencionar mi preferida: la meditación.
La meditación no solo sirve para la ansiedad como ya os imaginaréis, pero es una de las herramientas más potentes que tenemos para gestionar la ansiedad. Además, está al alcance de todo el mundo porque es totalmente gratuita y se puede practicar en cualquier lugar del mundo.
Este artículo no trata sobre la meditación, por lo que simplemente os la menciono (si queréis indagar más os aconsejo que pinchéis en el artículo sobre la meditación o busquéis información en internet sobre ella).
En la terapia, generalmente trabajamos los motivos por los que se ha generado la ansiedad. Para ello es fundamental conocer cómo es la manera en la que la persona se enfrenta a su mundo emocional. Gran parte de los motivos por los que las personas desarrollan ansiedad se debe precisamente a cómo está configurada la mente de una persona. De forma que conocer nuestra mente será clave en el trabajo de la ansiedad.
Durante nuestro desarrollo como seres humanos aprendemos a relacionarnos con el entorno y con nuestro mundo interior. Si nuestro entorno facilita la gestión de la parte perturbante de nuestro mundo emocional, entonces será difícil que lleguemos a desarrollar ansiedad. Si, por el contrario, nuestro entorno nos complica a navegar por las aguas turbulentas de las emociones perturbantes, probablemente desarrollaré estrategias para evitar entrar en contacto con mi mundo emocional. Esto reducirá mi ventana de tolerancia a dichas sensaciones, provocando una desregulación de mi organismo a todos los niveles.
En la terapia aprendemos, a través de una relación de seguridad y confianza en un entorno controlado por el/la terapeuta, a tolerar mejor nuestro mundo emocional perturbante consiguiendo estados de bienestar tanto en los momentos agradables como en los momentos más duros del recorrido de la vida.